Fuente: clm24.es 28/02/2018
Redacción: Lorenzo Sentenac
Al lado de la escandalera que se ha montado a nivel nacional, donde llueven las reclamaciones, las protestas y las denuncias de los trabajadores interinos de los servicios públicos, el silencio forzado y estentóreo de la “oficialidad” (y aquí incluimos también a los sindicatos que colaboran en esta operación de tapadera) marca un claro contraste. Y ese contraste es el que se establece entre un FRAUDE DE LEY (según la justicia europea) al que han sido sometidos miles de trabajadores interinos del servicio público, en ocasiones durante décadas, y esa actitud de “aquí no ha pasado nada” (a lo don Tancredo) en la que se han puesto de acuerdo Administración y algunos sindicatos, coautores del destrozo, como si la explotación laboral y la estafa prolongada en el tiempo fueran cosa de lo más normal.
Con esta Administración y estos sindicatos no es necesario temer a los feroces neoliberales que no creen en el servicio público ni en el Estado y lo quieren privatizar todo, recortándolo y deteriorándolo primero, para venderlo a precio de ganga y hacer negocio redondo después. Ya gestionan ellos esa operación de deterioro y derribo.
En ese pacto de silencio tan significativo parece que subyace un claro sentimiento de culpa porque hubiera sido difícil mantener a tantos trabajadores del servicio público (cientos de miles) y durante tantos años (15-20 años) explotados, estafados y en fraude de ley, sin un engranaje perfectamente engrasado donde el tándem en cuestión, Administración-sindicatos, han practicado las más avanzadas técnicas de explotación laboral y la más discriminatoria e injusta clasificación de los trabajadores en trabajadores de “primera” y “segunda” clase, considerando oportuno y rentable mantener a los segundos en un eterno limbo de temporalidad y provisionalidad “estructural”, valga la contradicción, puesto que lo temporal y provisional no puede ser al mismo tiempo estructural y permanente, salvo que seamos artífices y mantenedores de una gran mentira, mentira o trampa que nos acerca a las técnicas más mezquinas de la gestión laboral. La “segunda clase” sale más barata, de la misma forma que el esclavo sale más barato que el hombre libre en plenitud de sus derechos, esa es la cuestión.
Ocurre sin embargo que para la justicia europea (y el sentido común que en nuestro país falta) a igual trabajo iguales derechos. La explotación de los interinos deja de ser negocio por un simple requerimiento de justicia, y una vez usados y descubierta la estafa se les puede tirar a la basura.
Y henos aquí con miles de trabajadores públicos españoles de la sanidad, de la educación, de la justicia, que tras ejercer su puesto de trabajo durante 10, 15, 20 años sin darles –en fraude ley- ninguna posibilidad de consolidar (pues un interino sale más barato que un fijo) no saben ahora donde acabarán ellos y sus familias tras haber asentado sus hogares y enraizado su vida en sus respectivas localidades de trabajo, pues 20 años dan para eso y para más.
Ahora y gracias a la genial gestión de sindicatos y Administraciones públicas ya no sólo están en el limbo de la incertidumbre laboral sino en la cuerda floja de la incertidumbre existencial, y se les pide muy coherentemente -ahora si- que saquen tiempo entre obligaciones domésticas (y familiares) y agotadores trabajos, para en plena madurez avanzada superar unas pruebas fundamentalmente memorísticas que desprecian en grado sumo su experiencia laboral y sus servicios prestados.
Lógico y comprensible que se disparen las protestas y las denuncias, pues de víctimas de un fraude de ley (así calificado por Europa) prolongado y estirado en el tiempo pasarán ahora a la rejuvenecida condición de aspirantes a un puesto “estructural” de trabajo que han ejercido “provisionalmente” durante 20 años.
En estas condiciones, con un fraude de ley de estas dimensiones, que se ha prolongado impunemente durante lustros, considerar que la solución viene de una macro-OPE que es un macro-ERE encubierto, es una macro-tomadura de pelo. A una situación tan anormal que la justicia europea la califica de fraude no se le puede dar una solución normal. Para esa solución “normal” se ha pasado el plazo “legal”, y gracias a esa solución “normal” o “normalizada” muchos de ellos y sus familias acabarán en la calle y en el paro. ¿Legalmente? ¿Con total normalidad?
Progresismo puro y sindicalismo de primera.
El colectivo sanitario PEAC (médicos y enfermeros) del SESCAM de Castilla-La Mancha pertenece a este ingente grupo de interinos estafados. Interinos desde el año 2005 (aunque ya desde antes ejercían su puesto “provisional” como refuerzos), se les explota y se les usa, ya directamente en fraude de ley, desde el año 2008, superado el plazo legal de 3 años para consolidar su plaza.
Tan largo ha sido el plazo de su “provisionalidad” que muchos ya se han jubilado como interinos con su fraude de ley adosado a la chepa. Provisionales y temporales hasta la jubilación. Manda…
¿Y saben lo mejor? Algunos sindicatos, tal que un SATSE de CLM quiere ahora reconvertirlos, “reciclarlos”, en un “chico para todo”, un becario sin derechos, sin turnos regulares, sin conciliación familiar, al servicio del… sistema. Ese es el premio, la recompensa por 15-20 años de servicio ejerciendo un puesto de trabajo en el sector público.
Ya decimos: progresismo puro, sindicalismo de primera.
(Continua el articulo en el siguiente enlace)
https://www.clm24.es/opinion/lorenzo-sentenac/interinos-y-fraude-de-ley/20180228083305194565.html
L@s que están, SE QUEDAN!!!